Aunque nadie podrá sustituir los 12 pulmones ni los cojones gigantescos que tenía Javier Mascherano cuando se ponía la albiceleste, parece que Argentina ha encontrado en Paredes un posible candidato para suplirle.
Leandro Paredes es el único jugador de la era Scaloni en la selección que disputó los 16 partidos que lleva el proceso, entre amistosos y Copa América. Le sobra técnica, calidad y panorama, herramientas determinantes para un jugador que planea ser el faro del equipo, y si había alguna cuestión que se le “reclamaba” era que mejorase en la marca, es decir, trabajar sobre métodos de recuperación de pelota, área en la que tras el partido contra Chile quedó demostrado que incorporó.
En el empate entre Chile y Argentina sin golpes, ni insultos, fue un duelo que le faltó azúcar o al menos violencia donde se extraño terriblemente a Messi pero aún más a Gonzalo Jara y sus dedos, empujones y principalmente sus patadas. Pero Paredes tuvo un partido por encima de lo correcto jugando en soledad, aunque acompañado por De Paul en la derecha y Lo Celso por izquierda. A su característico juego de pisar la pelota y salir rápido, le agregó anticipo, lectura y férrea marca. En los pasillos el comentario tenía que ver con que si conseguía incorporar ese recurso, el puesto se convertiría en una suerte de monopolio.
Tras la Copa América, el ex Boca y Roma pidió públicamente en entrevistas ser volante central en soledad. Señaló que se sentía más cómodo de esa manera, en un mensaje captado por Scaloni. Y respondió muy bien a la confianza mostrada por el entrenador y posiblemente repita ante México este martes, a fines de analizar si lo visto contra los chilenos puede repetirse o mejorar. Lo cierto es que aprobó con éxito su primera incursión en soledad de una mitad de cancha que es cada vez más suya.