Mourinho previo al clásico de Londres había prometido resultados y títulos para su tercer año como entrenador del Tottenham, comparando su proceso con el de Klopp en el Liverpool que el año pasado ganó la Champions y este año la Premier batiendo todos los récords. Ya que desde que llegó lo único que hace es perder y pelear.
Arteta por otra parte en su primera temporada en el Arsenal, llegó para mejorar todo, hacía 4 partidos que no perdían y tuvo que hacerlo el peor día, en el derbi del norte de Londres ante el Tottenham de Mourinho.
El Arsenal fue el primero en golpear con un golazo de otro partido de Lacazette en el minuto 16´. El francés lanzó un bombazo directo al ángulo desde fuera del área ante la que nada pudo hacer su compatriota Lloris.
3 minutos después, sin merecerlo y sin casi llegar al área contraria el Tottenham empató aprovechando un error entre Kolasinac y David Luiz: el bosnio lanzó hacia atrás un balón de forma muy potente y al central brasileño le faltó cintura para hacerse con él. Son aprovechó el regalo y puso el empate luego de picar la pelota sobre Emiliano Martínez.
A partir de ese momento el Tottenham fue creciendo y Emiliano Martínez sostuvo a los suyos en un par de buenas intervenciones. Los intentos de Ceballos por llevar arriba a su equipo y de Aubameyang, sobre todo, se encontraron varias veces con el palo o con las buenas intervenciones del guardameta francés Lloris. El partido se definió por un tiro de esquina a favor del Tottenham. El belga Alderweireld se elevó más que todos en el 81′ para poner cifras definitivas al clásico de Londres.
Mourinho le dio una muestra de lo que es la experiencia a un joven Arteta que nunca pudo descifrar el sistema defensivo de los de Mou. Con esta victoria el Tottenham sigue soñando con los puestos de Europa llegando a 52 puntos mientras el Arsenal se mantiene una posición atrás con 50 puntos.