Llegó el momento. Por primera vez, el Madrid de Solari estuvo en la otra acera.
El Barcelona jugó mal, pésimo, y se llevó el clásico en el Santiago Bernabéu. No obstante, obtuvo la clasificación a la final de la Copa del Rey, la sexta de manera consecutiva.
Ah, y todo esto fue con goleada. 0-3.
Pero ese no es el golpe, siquiera el efecto del mismo. Donde el Real Madrid y Santiago Solari se ven realmente afectados fue en el “cómo”. No fue lo que pasó, sino el cómo sucedió.
¿Y cómo carajos pasó esto? Pues, pocos saben. Así es el fútbol.
En uno de los mejores partidos del Real Madrid en la era del actual técnico, no pudieron convertir y vieron como el rival, sin hacer méritos, se llevaba el clásico.
Es difícil. Un golpe, sin dudas.
Aunque, hay una parte buena de todo esto. Es complicado verla con tanta claridad en este momento, sí, pero la hay. Esta es la vía por el cual el Real Madrid puede resurgir.
Una mejora general del colectivo dará resultados. Estos partidos no se repiten, al menos en muchos años y menos en tales contextos.
Este encuentro sirve para continuar.
Además, queda la Champions. Y la Champions -más en Madrid- te puede salvar una temporada desastrosa.
Desde otra óptica, el club sigue avanzando. Dio otro paso, en esta ocasión.
La llegada de Solari al banquillo y todo lo que eso significó, dan a pensar que esta es una campaña de transición. Poco más puede salir de ella. Y así, por los vientos que soplan, será.
Pero, repetimos, aún está la orejona…
Sí, este fue el peor golpe al “Indio”, pero también podría provocar la mejor reacción posterior. Y eso es lo que muy pocos ven.
Tal como perdieron los merengues hoy, este solo podría ser el inicio de una contra.
Una muy buena contra.