Luego de la clase de fútbol que recibieron los alemanes a mano de Holanda, su director técnico dijo que habrían muchos cambios en el próximo partido y así fue, revoluciono todo el 11 que perdió contra los tulipanes para visitar a Francia, dándole paso a la sangre joven, con un 3-4-3 inédito en Alemania donde los 3 delanteros muy jóvenes prometían ritmo y profundidad Gnabry-Werner-Sané. Un medio campo blindado liderado por Kroos y con 3 defensas centrales Hummels, Sule y Brandt.
El Partido comenzó con un ritmo fantástico, una Alemania muy activa que buscaba ganarlo desde el comienzo y Francia que no se encerraba, era un ida y vuelta muy emocionante. Los alemanes se hicieron de la posesión y con un penalti cobrado por Kroos se pondrían adelante en el marcador. El primer tiempo era de Alemania que parecía volver a su mejor fútbol pero aún le faltaba pegada. Con el 1-0 se irían al descanso.
El segundo tiempo era igual que el primero, con mucha dinámica pero el que dominaba era Francia que empezaba avisar con Mbappé, primero un supuesto penal no pitado, luego un mano a mano que sacaría Neuer con un pie. Francia estaba volcando la cancha y al minuto 62 Griezmann de cabeza pondría el empate. Alemania intentaría reaccionar con la entrada de Muller y Draxler, pero se habían quedado sin ideas.
El juego se definió al minuto 80 donde Matuidi piso a Hummels y fue considerado penal por el colegiado, más que dudoso, inexistente, pero sin VAR… Griezmann se encargaría de cobrarlo y colocar el definitivo 2-1 para los franceses que se hacen líderes del grupo mientras los alemanes se siguen hundiendo.
Es hora de que Alemania piense en un cambio de ideas, es cierto que tienen destellos del juego que los llevo a ser campeones en el 2014. Sin embargo no consiguen mantener el ritmo y la falta de gol les pasa factura, posiblemente veamos a Alemania descendiendo a la división B de la liga de las naciones.