El Barcelona se encuentra en el segundo lugar de la liga a 4 puntos del Real Madrid con tan solo 4 partidos por jugar. Eliminados de la copa y con la liga casi imposible a los culés solo les queda rezar para ganar la Champions pero el camino que le ha tocado en el sorteo no es nada fácil.
El equipo de Messi primero que todo tendrá que sanar las últimas dos derrotas del torneo, que aún duelen y mucho, la eliminación frente a la Roma hace 2 años y la eliminación en Anfield el año pasado han dejado muy tocado a todo el club, que si quieren volver a soñar con la Champions deberán superar esos fracasos primero.
El sorteo de la Champions League ha determinado que el camino a la final será más que complejo no solo porque habrá VAR si no por los difíciles contrincantes que tendrán que enfrentar. El Barcelona, que jugará la vuelta de los octavos de final contra el Napoli a puerta cerrada en el Camp Nou obligados a no permitirle goles al Napoli que sacó un empate a 1 en Italia. Si superan a los italianos tendrán que enfrentar al ganador del cruce entre el Chelsea y el Bayern de Múnich, que en la ida salió 3-0 a favor del campeón alemán.
El Bayern ha ganado los siete encuentros que ha disputado este curso en Europa y tiene a Lewandowski absolutamente encendido por la lucha de la bota de oro. En su competición nacional, ha marcado 34 goles y es el máximo goleador del continente. Además, el Bayern cuenta con la motivación de que es el único club que puede conseguir el triplete esta temporada.
Como si eso no fuera poco, en semifinales, el rival del Barcelona puede ser el Real Madrid, el City de Pep Guardiola, el Olympique de Lyon o la Juventus de Cristiano Ronaldo. Y lejos de frenarse, en la final se podría topar con otro dolor de cabeza: el PSG de Neymar.
Con la historia de su regreso imposible al Barcelona y la tensión entre ambos clubes, una final ante el PSG sería de máxima presión para el equipo de Quique Setién. Lo bueno es que no podrán superar ni al Bayern así que no hay porque preocuparse por la venganza de Neymar.