Lucas Vázquez nunca ha sido el jugador más técnico, o el más rápido y mucho menos el más inteligente, pero lo compensa con sus ganas y oficio al trabajar. De extremo derecho donde el Real Madrid tiene mucha competencia no tendría ninguna oportunidad de volver a disputar minutos, pero si se transforma en lateral derecho y reemplazo natural de Carvajal podría forjar una carrera vistiendo de blanco.
“Yo me siento cómodo”. Fue la respuesta de Lucas Vázquez al ser preguntado por su posición como lateral derecho ante el Alavés. Lo que para Zidane no es una novedad. Lucas es uno de los suyos, uno de sus soldados más fieles. El técnico francés siempre ha confiado en el gallego. Su voto será siempre para que Lucas esté en su plantilla.
El contrato de Lucas Vázquez vence el próximo año, y muchos ya lo daban fuera del Real Madrid por la gran competencia que tiene en su posición, pero el lateral derecho puede ser su salvación.
Zidane lo ve, el gallego se siente seguro ahí y en cualquier sitio al que lo mande el técnico francés y si, las circunstancias juegan a su favor en un mercado llamado a moverse poco, el Madrid ya ha sacado una buena suma de millones con la venta de Achraf al Inter de Milán y piensa hacer lo mismo vendiendo a Álvaro Odriozola al Bayern Munich. Lucas es la vía más segura para una posición que tiene como intocable a Carvajal.
Tras la salida en enero de Odriozola, el puesto de reserva del lateral derecho quedaba en manos de dos centrales: Nacho y Militao. El experimento con el brasileño fue un desastre cuando Zidane recurrió a esa vía. Sucedió en el campo del Betis, en la derrota con la que el Madrid cerró la temporada previa al coronavirus.
El desastre fue tan grande que Zidane, con Lucas y Nacho lesionados, prefirió a un zurdo cerrado como Mendy en la segunda parte ante el Eibar que volver a colocar ahí a Militao. En fin Lucas no podrá ser el mejor futbolista del mundo pero parece invencible, indestructible, capaz de levantarse siempre y tiene algo que muchos otros jugadores envidian, la confianza de los entrenadores, Zidane cree en él. Y el gallego nunca le deja mal.