Se conoce poco de James. Y demasiadas cosas se suponen.
El colombiano probablemente sea uno de los jugadores más complicados e inconformes de la actualidad, pero eso no aparece en las pantallas. Es un jugador sobreprotegido por la prensa.
Brilló en un Mundial, bien. Brilló en Porto y Mónaco, bien.
¿Qué pasó en Madrid? Zidane, es lo que dicen.
Pero ahora… ¿Qué pasa en el Bayern? Acá ya no está Zidane.
Cuando el jugador brilla, el mérito es de él. Cuando no, la culpa es del técnico. Qué fácil.
Tal vez, no sea jugador para equipo grande, que no tiene nada que ver con su calidad técnica, ya que es muy bueno allí. Su mentalidad puede estar jugando otros partidos en los contextos importantes.
La asesoría en estos casos es más que valiosa. A veces es subestimada.
Está en el agente y el jugador elegir los mejores destinos. No apegarse a nada en lo absoluto para así sacar el mejor rendimiento del atleta.
No se pudo en Madrid, vayamos a Múnich. No se pudo en Múnich, pues a otro lado.
¿De qué sirve quedarse en un mismo lugar “intentándolo”?
Y peor aún… ¿Qué ganan tantos colombianos ignorantes insultando a los técnicos de James?
En este caso hay más preguntas que respuestas; porque insisto, se sabe muy poco. Y se supone más de lo que se debe.
Aunque si pudiese suponerse más lo difícil que es el jugador colombiano.
La pasada temporada en el Bayern, Heynckes intentó hacerlo encajar en casi cada posición, nunca pudo. Pese a no ser un fichaje que él pidió, hizo lo que pudo para potenciarlo.
Ahora Kovac solo lo ha relegado. No viene al caso intentarlo si no hay solución.
Y quizás ese sea el curioso caso de James Rodríguez, que no tenga solución. Que los grandes equipos, lastimosamente no son para él.
Porque sí, puede pasar. Y creo que ya pasó.