Una derrota siempre es buena para bajar al equipo de las nubes, dos derrotas no son nada, se reinicia ya con los pies bien apoyados sobre la tierra, pero tres derrotas seguidas ya es señal de preocupación y crisis, todo el trabajo de los últimos años se derrumba y Klopp lo sabe.
Se cortó la racha de 44 partidos consecutivos de Premier sin perder, contra el Watford (3-0), previamente el Atlético le ganó la ida de la Champions (1-0) y ahora el Liverpool ha sido eliminado en octavos de la FA Cup por el Chelsea (2-0). En definitiva, tres derrotas dolorosas y significativas por la forma de juego y la falta de peligro.
Los goles de Willian (13′), tras un fallo de Adrián San Miguel, y de Barkley (64′) clasifican para cuartos a los de Frank Lampard, que volvió a alinear de titular a Kepa Arrizabalaga tras seis partidos en el ‘exilio’. El meta, que no jugaba desde el 20 de enero, se reivindicó con una actuación de mucho mérito. Sobre todo con una triple parada, aún con 1-0 en el marcador, a Mané, Origi y Curtis Jones en el 20′.
El 2-0, a decir verdad, pudo ser más abultado. Adrián no fue tan catastrófico como Karius, salvó un mano a mano con Pedro en el 67′ y tocó lo justo un disparo de Giroud en el 74′ para enviar el balón al larguero. Se redimía, al menos en parte, de su fallo en el 1-0.
El Liverpool parece sin rumbo, 3 derrotas seguidas fuera de casa, 3 partidos sin marcar goles, el equipo está desesperado por volver a Anfield donde con su gente esperan retomar el rumbo de victorias. Los de Klopp tienen la Premier asegurada, pero si quiere eliminar al Atlético necesita mejorar mucho su ofensiva, el tridente debe volver a ser lo mismo que era a inicio de campaña.