La derrota contra el Barcelona 3 goles por 2 en el Villamarín dejó muy molesto a todo el Betis. Un enfado que iba creciendo a medida que los responsables del club comprobaban, jugada tras jugada, la incomprensible sucesión de errores a favor del Barcelona que el colegiado murciano Sánchez Martínez cometió durante el partido.
Cuando ves el partido en vivo hay cosas que te molestan pero no tienes la certeza para transformar esa molestia en indignación, pero una vez, que ves el partido por televisión con las repeticiones desde todos los ángulos queda claro que el partido eran 12 contra 11.
No expulsar a Lenglet por la mano del penalti que significó el 1-0, con la que evitó una ocasión manifiesta de gol de Fekir, o no acercarse siquiera a la banda para revisar alguna de las imágenes de los dos últimos goles del equipo de Quique Setién, en las que se reclamaron faltas en el salto del central azulgrana, molestó y mucho a los responsables de la entidad Bética.
Pero lo que menos se entendió es que con 2-1 en el marcador, en un momento clave del duelo, se pasara por alto una durísima entrada de Sergi Roberto a Aleñá que debió significar su segunda amarilla; o que el colegiado persiguiera a Fekir después de mostrarle una tarjeta, en una actitud desafiante, hasta que el francés hizo un gesto que le terminó costando la expulsión.
No fue la primera vez que el Betis sufre del mal arbitraje, frente al Valladolid, Levante, Villarreal y Sevilla también fueron victimas del colegiado y de la vista gorda del VAR. El Betis tiene 28 puntos puntos y ocupa la posición número 13 de La Liga, lejos de los puesto de competición europea gracias a arbitrajes como el de Sánchez Martínez.