El Madrid había superado uno de los partidos más duros al golear al Valencia, ahora la prueba le tocaba al Barcelona que visitaba al conjunto de Lopetegui para mantener la distancia sobre los blancos.
En la primera parte el Barcelona, estuvo cerca del gol en un tiro libre de Messi que sacó Koundé bajo palos bien colocado. El defensa sevillista estuvo en todas partes, también en el ataque. Suya fue la mejor ocasión local en el arranque con un disparo cruzado que se fue por poco a la derecha de Ter Stegen. Junto a Messi, Setién apostó esta vez por Luis Suárez y Braithwaite dejando al Griezmann por fuera, que posiblemente tenga el mismo futuro de Coutinho.
Antes del descanso las cosas se pusieron picantes, Messi empujó a Diego Carlos, no recibió ninguna tarjeta, porque obvio es Messi y Piqué estuvo al margen de la expulsión pero el árbitro no sacó ninguna tarjeta en la jugada.
En la segunda parte, Lopetegui movió ficha y recurrió a Banega por Oliver Torres en busca de algo de fantasía en campo contrario, con el objetivo de inquietar la portería de un Ter Stegen. El Barcelona se durmió un momento en el saque de una falta lateral y casi le hacen un Origi, pero San Ter Stegen estaba atento para evitar males mayores.
La entrada de Banega al partido la agradeció su equipo y la acusó el Barcelona, más agobiado que antes. Setién se vio en problemas y sentó a un inédito Braithwaite por Arthur Melo a falta de media hora en busca del control en el centro del campo.
Al final del partido con todos los cambios realizados cualquiera pudo ganar el partido, primero la tuvo Luis Suárez para decidir a pase de Jordi Alba y también Reguilón, con chut defectuoso que podría haber sido el gol del triunfo.
El Barcelona encaraba ante el Sevilla uno de los partidos más complicados que le quedaban en la lucha por La Liga y no pudo pasar del empate sin goles, donde los únicos que celebraron fueron los de la capital.