Un doblete de Aubameyang les dio el pase a la final de la FA Cup al Arsenal.
Si alguien aún tenia alguna duda de que el Arsenal que antes de la llegada de Mikel Arteta al banquillo gunners no gustaba a nadie viene en pleno desarrollo y crecimiento cada vez más fuerte, este sábado los sacó de dudas ante el súper Manchester City de Pep Guardiola. Firmando un partido perfecto desde que inició hasta que finalizó en Wembley.
Desde las bandas se vio a un Pep resignado ante un Arteta que supo absorber toda la filosofía futbolística y llevarla al mejor nivel. El premio que obtuvo no fue la final de la FA Cup sino la posibilidad de conseguir el pase directo a la Europa League de la próxima temporada.
Desde el inicio del partido los gunners mostrarón los frutos del trabajo hecho por el español desde que llegase al banquillo del Arsenal a finales del año pasado. Tomó un equipo que estaba malherido por todas partes desde el vestuario pasando por la directiva hasta llegar a los aficionados y ha sido capaz de ir sanando y convenciéndolos a todos de su idea de juego. Sin duda el mejor ejemplo lo vimos cuando Mustafi pierde un balón dentro de su área intentando salir jugando en vez de despejar.
Si el vestuario no confiara en la filosofía del técnico no hubieran insistido en la idea que los llevó al primer gol del gabonés, una espectacular jugada que terminó con un remate al segundo palo defendido por Ederson.
La primera mitad del Arsenal fue tan perfecta que el Manchester City ni siquiera remato una vez dentro de los tres palos.
Toda la plantilla dirigida por Mikel Arteta jugó fenomenalmente bien, no solo en ataque en el primer tiempo sino también en el segundo en la parte defensiva cuando el City se volcó a atacar después del descanso.
El segundo tanto vino cuando Tierney le puso un balón a profundidad para que el gabonés corriera dejando muy atrás al joven Eric García y disparara entre las piernas de Ederson firmando así el definitivo 2-0 que le diera el pase a la final de la FA Cup a los dirigidos por el alumno de Pep, Mikel Arteta.