La final de la Copa Libertadores se disputará en el Santiago Bernabéu. El partido que se ha retrasado durante semanas y que ha tenido que ser trasladado de continente debido a los inadaptados sociales que atacaron el autobús Xeneize causándole daños a los jugadores antes de disputar la histórica final.
Ambos equipos viajan el miércoles. Boca a la 1:30 de la madrugada y River a las 2:00 pm para evitar inconvenientes en las despedidas de los equipos. Otra cosa que comparten los integrantes del superclásico argentino, es que los 2 viajan a regañadiente.
Boca quería el campeonato sin jugar y su presidente Daniel Angelici hizo todo lo que pudo, pero las acciones legales ejecutadas no tuvieron resultados y ninguna sanción cayó sobre el equipo de Rodolfo D’Onofrio.
River Plate se negaba a jugar fuera de Argentina, alegando que era una vergüenza para toda Argentina, al igual que Boca, hicieron todo lo posible, hasta un llamado al presidente para que el partido se jugara en el Monumental. Pero la decisión de la CONMEBOL y la FIFA ya era definitiva.
Como el G20 la mayoría del mundo solo quiere conocer el resultado. El partido que se apuntaba como uno de los mayores eventos deportivos, solo ha servido para mostrar la cara oscura del fútbol Suramericano. La pasión que se transforma en violencia y termina arruinando lo que iba a ser un año espectacular en materia deportiva para Argentina, luego de los juegos olímpicos, la final de la Copa Libertadores iba a ser la fiesta perfecta para terminar el año.
Muchos argentinos famosos en el mundo del fútbol ya no les importa el resultado. Juan Roman Riquelme dijo que la final de la copa libertadores se había transformado en el amistoso más caro de la historia y Mauricio Pochettino declaró: “Es un momento triste. El ‘Superclásico’ será muy diferente, ya no es importante quién lo gana o quién lo pierde”.