El AC Milan vuelve a Europa (League). Y se celebra.
Tras muchos años para el olvido, con malos fichajes y rendimientos aún peores, el cuadro rossoneri ha vuelto a clasificarse a competiciones europeas tras vivir un enorme final de temporada que, incluso, detuvo la contratación de Ralf Rangnick, para renovar a Stefano Pioli.
Hay diversos aspectos con influencia, tales como la llegada de Zlatan, las irrupciones de Ismaël Bennacer y Theo Hernández o el sistema 4-2-3-1 que tanto potenció al equipo. El Milan fue un “todo” por primera vez en mucho tiempo. Y buscarán seguirlo siendo para la 20/21.
Zlatan Ibrahimovic, Stefano Pioli y Europa
¿Pioli? Se queda. ¿Zlatan? No sabemos.
Está más que claro que el sueco, otra vez, cumplió con creces uno de sus objetivos. Quiso ir a Milán a ayudar al equipo y vaya que fue de utilidad en el último tramo de la campaña. También comentó en la posibilidad de irse si no se sentía al nivel y… ¿se quedará, entonces?.
Ibrahimovic fue el ‘9’ a partir del cual el AC Milan pudo crecer y, sobre todo, lograr cosas.
Mantenerlo una temporada más sería lo ideal; incluso ayudaría bastante en la progresión de un Rafael Leão que está demostrando crecer bastante bien, aunque todavía deja dudas con respecto a una responsabilidad tan grande. Todas las piezas del rompecabezas encajan.
Pero, tan importante como Zlatan, también está Stefano Pioli. Y sí, el director técnico debería estar por encima, pero ya sabemos quién es el personaje que lidera.
A Pioli le renovaron diciéndole que no a Ralf Rangnick, nada más y nada menos.
La confianza en el italiano es plena y, en especial, bien ganada. Cambió totalmente la dinámica de un equipo a partir de buen fútbol y resultados, la combinación del éxito. Ganó una oportunidad de oro porque el AC Milan vio ante sus ojos algo que hacía años no conseguía: regularidad.
El reto de Europa, en pro de mantener esa regularidad y competir, demandará algunos detalles:
- Mayor profundidad en la plantilla y rotaciones del XI.
- Mantener la base de la temporada actual.
- Nuevos fichajes para el club.
Siempre que la directiva acompañe −con buenas decisiones−, el futuro del Milan puede ser bastante divertido y, sobre todo, bastante más parecido a lo que alguna vez fueron.