Thibaut Courtois tiene un plan. No es un niño, ha demostrado su calidad en varias de las mejores porterías de Europa. No tiene la más mínima ansiedad, todo lo contrario: cada vez está con más ganas o eso pareció en la entrevista que tuvo luego de varias semanas de criticas. El arquero belga está viviendo un inicio de temporada de pesadilla, apuntalada con la gastroenteritis aguda que le ha hecho perder tres kilos en cuestión de horas razón por la cual fue sustituido en el entre tiempo en el partido de champions de entre semana.
Courtois no se engaña, sabe que puede estar mucho mejor pero tampoco va a darle más vueltas a una situación en la que torturarse con los errores es su peor opción. No ha perdido confianza: con la selección belga está muy cerca de lograr un récord de imbatibilidad y sabe que tiene capacidad de sobra para darle la vuelta a esta situación. Afronta esta situación desde la profesionalidad que avalan sus años en la élite pero no tiene algo en cuenta, El Madrid es El Madrid y no da tiempo a nada.
Su llegada y adaptación al vestuario blanco fue buena en términos generales, aunque la convivencia con Keylor Navas fue quizá el punto más complicado. El portero tico era -y sigue siendo muy popular tanto entre la afición como entre sus compañeros. La rivalidad deportiva entre ambos fue dura. Pero el tico terminó dejando el club y Courtois ahora sufre abucheos de la grada.
Cuando se le pregunto por estos pitos en el Bernabéu, Thibaut respondió: “Si quieres ser portero del Real Madrid tienes que aceptar esta presión”. Conciso y tajante. Nadie le prometió que sería fácil.
Courtois sabe cuándo tiene que ser frío, cuándo tiene que controlarse y este es un buen momento. Su idea ahora mismo es, exclusivamente, trabajar, ponerse mucho más exigente con la alimentación y disfrutar de nuevo de su profesión ganando títulos y haciendo lo que siempre ha hecho: destacar bajo palos no entre palos.