Cuando el brasileño aterrizó en Paris, Unai Emery, el entrenador de la institución en ese momento, dejó declaraciones muy interesantes de cara a lo que sería su gestión del plantel con Neymar.
Básicamente, todo partía (y siempre debe hacerlo) de una premisa: Neymar es una superestrella.
A partir de allí, Emery comentaba que la figura del entrenador, siempre que el jugador ofreciese su máximo rendimiento en el campo, debía entender las otras responsabilidades de ese futbolista. Todo lo extra cancha. Pero es que, además, el PSG lo había contratado por ello.
Emery no consiguió el objetivo y se marchó del club. Y todos olvidamos el mensaje que nos dejó.
Entre críticas, fútbol y la élite
Neymar, probablemente, sea el jugador de mejor técnica en la élite del fútbol mundial. Asimismo, el de mejores números y de mayor aporte, en relación “cantidad-calidad”, a su equipo. Por consiguiente, para algunos él es el número 1.
Claro está, esos que lo ven en la cima solo miran fútbol y no el circo que se ha montado a su alrededor… como debiese ser.
Y es que desde que Neymar llegó al Paris Saint-Germain, lo único reprochable han sido las lesiones y estas siquiera dependen, en mayor parte, de él. De resto, todo ha sido un rendimiento superlativo y, sobre todo, constante.
La Ligue 1 no es de granjeros y Neymar la ha dominado con un chasquido, dos grandes verdades.
Entonces, ¿cómo se debe evaluar a Neymar? Pues, separando el arte del artista. Entendiendo que a la hora de analizar al Neymar futbolista solo tenemos un rango de 90 minutos para hacerlo. Después, todo lo que haga o diga fuera del campo, no debe importar.
¿O es que algunos buscan desprestigiarlo para no mostrar que ya supera en varios aspectos a Messi y Cristiano? Interesante, cuando menos.
Todos sabemos que cambiará de colores más temprano que tarde. De hecho, todos esperan ese momento con ansias. Nadie saldría perdiendo.
¿Será la camiseta blanca o repetirá la blaugrana? El debate de siempre.
Solo sabemos que, a sus 27 años, con la casaca que le provoque, Neymar tiene criterios para cambiarlo absolutamente todo. Porque, guste o no, cuando las lesiones respetan, está en la cima.