Camavinga a sus 17 años ha pasado de ser un cadete más a un profesional con cartel de crack, tal y como lo reconocieron grandes jugadores como Luccin, Escudé, Álvaro González o Benavente, todos ellos con pasado o presente relacionado con el campeonato francés.
Muchos equipos han estado observando y analizando la evolución de Camavinga con la idea de ficharlo cuando el jugador esté maduro. Pero el Real Madrid que lo viene siguiendo desde hace mucho tiempo se les ha adelantado a todos.
El Real Madrid partió con ventaja en ese espionaje, porque ya lo conocía de las categorías inferiores del fútbol francés. Con 15 años era uno de los favoritos de la dirección deportiva blanca, pero no se decidieron a intentar su fichaje y prefirieron a esperar que tuviera la edad permitida para ello, madurara y que se terminara de formar como futbolista.
El equipo blanco ya ha presentado las credenciales para ficharlo, mientras los propietarios del Rennes en un principio se resistían a tener que vender a su joven estrella. De hecho, algunos rumores sobre posibles negociaciones costaron el puesto a Olivier Letang, anterior presidente del Rennes.
La realidad económica ha dado una bofetada a los dueños del Rennes, ya que está siendo uno de los equipos más golpeados por la crisis y de los primeros en acudir a reducción de sueldos. Es más, estos últimos días en Francia se ha apuntado a que el mediocentro ya tiene un precio de salida, unos 60 millones de euros que de concretarse la venta, las finanzas del Rennes tendría una gran bombona de oxigeno.
El Rennes contempla realizar el traspaso el próximo mes, pero intentando que el joven talento angoleño continúe una campaña más jugando en la Ligue 1 en condición de préstamo. El Rennes ocupa la tercera posición de la Ligue 1 lo que le permitiría jugar la previa de la Champions y para ello consideran vital la presencia de Camavinga.