Con un gol a dos minutos del final de Iago Aspas le dio el empate al Celta de Vigo (2-2) y al mismo tiempo le quitó la victoria a los dirigidos por Setién que aún con el empate recuperaba el liderato esperando el partido entre el Real Madrid y el Espanyol el día domingo.
En la primera mitad del encuentro el Uruguayo Luis Suárez envió la pelota al fondo de la red del equipo rival al minuto 20 luego de una jugada a balón parado. Una falta en la zona frontal, específicamente en la media luna ejecutada por Leo Messi, terminó siendo un centro directo a la cabeza del delantero charrúa que estaba parado en el área pequeña esperando el disparo del argentino.
Con el 1-0 se fueron al descanso. El Celta empató cinco minutos después de empezar el segundo tiempo en una contra que dirigió el turco Okay Yokuslu y que finalizó el ruso Fedor Smolov.
Ya en el minuto 67 la dupla Messi-Suárez volvió a aparecer para desatascar a un Barsa sin ideas. El argentino asistió al uruguayo que cruzó el balón lejos del alcance del guardameta rival Rubén Blanco.
Pero en el minuto 88 de partido llegó el gol de Aspas que marcó de falta desde el borde del área y sorprendió al portero alemán Ter Stegen para frustrar al Barcelona.
Este encuentro también dejó ver una tensión entre los jugadores y el cuerpo técnico en uno de los tiempos de hidratación viendo a un Quique Setién pensativo y reflexivo, dejando que sus jugadores beban agua y tomen un respiro antes de volver a la actividad. Pero llamó la atención la actitud del argentino Messi con Eder Sarabia.
Según lo que se vio, Eder Sarabia, segundo de Setién, intenta darle alguna indicación al astro argentino pero este está concentrado y apenas reacciona a las palabras. Cuando se dirige a él, el argentino se aleja diciendo algo que no se logra distinguir. Una muestra que el Barcelona era consciente que un pinchazo era casi decir adiós al título liguero y del nerviosismo en el plantel.