Mario Balotelli tiene una nueva oportunidad. Y esto pinta muy bien.
El delantero italiano fichó por el Olympique de Marsella, tras un paso por un Niza que lo recuperó y lo devolvió a la selecta lista de los delanteros élites en el mundo del fútbol.
Llega a un equipo con más aspiraciones y donde estará mejor rodeado, buena fórmula.
Si hace 8 o 10 años te comentaban que Balotelli estaría llegando a Marsella en este momento, hubieses pensado una de estas dos cosas: el fútbol cambió demasiado o el delantero nunca maduró.
Y la respuesta es la segunda, parcialmente. “Super Mario” si maduró, solo que lo hizo muy tarde. Por ello, una carrera compitiendo entre los mejores delanteros del mundo se hizo imposible.
Hay mucha diferencia entre la élite y los mejores.
Sin embargo, la calidad sigue intacta. La potencia física y el arco entre las cejas siguen siendo marcas registradas de aquel joven que usaba las sudaderas con el “Why always me?”.
Una posibilidad interesante para equipos emergentes, en otras palabras.
Un deseo para cualquier equipo de Europa League, dirían algunos.
Lo que sí es un hecho, es que Francia se convirtió en la casa de Balotelli. Extrañamente no fue Italia, donde posiblemente volvería a la mediocridad de la media tabla. Pero no.
La Ligue 1 no está mal. Pero sí es un destino insípido.
Ahora bien, lo más importante fue que consiguió un destino. Muchos como él nunca logran hallarlo, o al menos no en los escasos 15 años que duran las carreras de los jugadores.
Así es esto, un poco de suerte también juega.
¿Qué esperar de Mario en Marsella? Goles, algunas buenas presentaciones en Europa League y alguna que otra tarjeta roja.
Tampoco es que todo ha cambiado, eh.
Habrá que disfrutarlo y utilizar este tramo de su carrera como ejemplo para los jugadores jóvenes.
“Lo que pudo ser y lo que fue”.