Antoine Griezmann se salió en su estreno oficial en el Camp Nou, sacudiéndose todas las dudas que dejó en San Mamés, dando un puñetazo encima de la mesa para reivindicarse como lo que es, uno de los jugadores más intermitentes del mundo. Levantó el 0-1 con un doblete para propiciar la goleada final 5 goles por 2 al Betis, que solo pudo disfrutar del show del campeón del mundo.
Con las ausencias de Messi, Suárez y Dembélé, los dos primeros juntos en la grada con sus hijos disfrutando de las ocurrencia de Mateo que cantó con euforia el gol del Betis, a otro lado Ousmane, con sudadera de adolescente, sonriente después de la última que protagonizó. Ninguno fue echado de menos sobre el césped de Camp Nou, gracias al francés que se ocupo de todo.
Los datos de Griezmann demuestran lo participativo que estuvo para jugar de delantero centro. Intentó 64 pases, 54 buenos, cuatro remates, dos dianas, asistencia de gol a Arturo Vidal, 16 pérdidas y tres recuperaciones.
Sus dos goles que le sirvieron para empatar el pichichi con Benzema, Loren, Guardiola, Gerard Moreno y Roger, exhibieron su pólvora. El primero, desmarque y remate de primeras en plan killer a lo Luis Suárez. El segundo, a lo Messi, zurdazo colocado al palo largo del portero, una diana mil veces vista en Leo.
El barcelonismo se frota ahora las manos para ver juntos a Antoine y Messi jugando en casa parece ser que que el francés sera el Suárez de Champions en la Liga para los culé, solo marca en casa y fuera desaparece con la misma magia que mostró contra el Betis. Igual en Pamplona el próximo sábado se espera que llegue Messi, y continúe la Messidependencia de los últimos años. Porque Luis Suárez y Dembélé no volverán hasta después del parón y ya conocemos a Griezmann que es como los eclipses un espectáculo que pasa cada cierto tiempo.